Perfectas para introducir la música de forma divertida, sin presiones, y dejar que salgan esos primeros “ding-dong” con ilusión.
¿Por qué nos molan (y por qué te enamorarás tú y tú peque)?
Despertar musical desde bien pequeñitos: con unas cuantas campanitas ya pueden “montar su orquesta”.
Coordinar cuerpo y oído: al tocar o golpear la campana — mano, oído y vista empiezan a trabajar a la vez.
Juego compartido: los campanitas funcionan solos o en grupo — ideal si hay 2, 3 o 4 peques (o un peque + adulto).
Estímulo sensorial y emocional: el sonido, el color, la exploración; todo invita a la curiosidad y a expresarse.
Compactas, seguras y encantadoras: adecuadas para niños pequeños y geniales como regalo para una primera Navidad, cumpleaños o simplemente para “que suenen las mañanas”.
Detalles:
afinadas en escala diatónica, listas para que los peques (y no tan peques) puedan tocar canciones reales desde el minuto uno.
Materiales seguros y aptos para infancia — sin piezas peligrosas (siempre bajo supervisión adulta).


